miércoles, 19 de agosto de 2009

La transición heredada de mi padre

Cuando yo era un estudiante de leyes, hace tantos años que prefiero no caer en la cuenta de cuántos, mi padre, el Dr. Indalecio Rodríguez Sánchez, maestro de periodistas en Panamá, comenzó a escribir una columna quijotesca, para un diario también quijotesco de su natal Tunja, en el histórico, bello y frío Departamento de Boyacá, en la vecina Colombia.

El ya desaparecido diario La Tierra le ofreció en sus páginas de Opinión, un espacio que él poéticamente bautizó con el sugestivo nombre "Desde mi hamaca". Para cualquier tunjano, ese título debía resultar bastante exótico, ya que en esos páramos boyacenses no es precisamente la hamaca un adminículo de uso corriente; sin embargo, la honestidad que conllevaba el título, describía buena parte de la personalidad de mi progenitor. Al fin y al cabo él, desde su hamaca nicaragüense apostada estrategicamente en la terraza de su apartamento en la ciudad de Panamá, "craneaba" y escribía su columna cada semana.

Cuando hace tres años y tantos acepté la dirección del diario Panamá América, uno de mis anhelos era poder comunicarme con miles de lectores. Así lo he venido haciendo cada día a través de columnas editoriales, que, al no llevar firma alguna, son responsabilidad de este servidor.

Intentamos hace casi tres años escribir una columna semanal en las páginas de Opinión del diario y entonces tuve que buscar un título que me gustara y reflejara el sentir de esa ventana. Fue allí cuando recordé la columna de mi padre y en honor a ella bauticé la mía con el nombre "Desde el burladero".

En Panamá pocas personas recuerdan que el burladero es esa pequeña barrera de tablas horizontales, apostadas en tres o cuatro puntos alrededor de la arena en un coso taurino, en la cual los toreros, banderilleros y auxiliares buscan refugio cuando algunos de los miuras que están en la faena de lidia, justamente enfurecidos por la jodienda, arremeten o intentan arremeter contra ellos, a quienes deben considerar sus torturadores y potenciales victimarios.

Me pareció que opinar desde esa columna y ahora desde este blog, en un mundo tan complejo y en veces agresivo, se asemeja mucho a la observación y análisis que en instantes debe hacer quien se salva de las arremetidas del toro de lidia en un burladero. Claro está que no por eso estoy diciendo que yo desde aquí tenga la intención de torturar ni de victimizar a nadie. ¡Dios me salve!

Estoy consciente que el ejercicio de la libertad de expresión y de opinión puede conllevar responsabilidades ulteriores, por lo que he asumido este reto personal con la seriedad y la responsabilidad que deben caracterizar a alguien que por encima de todo, es un creyente en la democracia como la menos mala de las formas de gobierno conocidas, por lo menos hasta ahora.

Aquí, Desde el Burladero, opinaré e intercambiaré opiniones con quienes quieran hacerlo. Trataré de darle una frecuencia al menos semanal, y procuraré sacar el tiempo para ello.

¡Cuidado, cuidado, que ya se dejan venir las amenazantes astas con peligrosidad!
¡Olé!

Bienvenidos, aquí iniciamos el contacto

Desde este espacio en el ciberespacio, pretendemos intercambiar opiniones y opinar sobre aspectos de interés en el acontecer nacional e internacional. Espero que el intercambio sea fructífero, aporvechando el clima de libertad de expresión que aún se respira en Panamá y en la Internet.